Capitalismo. Es un sistema económico, que tiene vertientes políticas y
sociales, en el que el capital predomina sobre el trabajo. El término
("kapitalism") lo utilizó Carlos Marx por vez primera a mediados del
siglo XIX. Éste sostenía que en el sistema capitalista los medios de producción
(dinero, tierra, fábricas, máquinas, etc.) están en manos de una clase social
propietaria (la burguesía), en tanto que los trabajadores (proletarios) están
desprovistos de cualquier pertenencia, lo que los obliga para sobrevivir a
vender lo único que poseen, su fuerza de trabajo, percibiendo a cambio un
salario. Pero Marx sostenía que ese salario que percibe el proletario no se
correspondería con el valor del trabajo realizado, por el contrario, una parte
del mismo (la plusvalía) se la apropiaría el capitalista, dando lugar a una
acumulación de capital. El salario tan sólo permitiría reproducir la fuerza de
trabajo (los obreros) y con él únicamente se atenderían las mínimas necesidades
de subsistencia (alimento, vestido y poco más).
Aunque tiene sus orígenes en la antigüedad, el desarrollo
del capitalismo es un fenómeno europeo; fue evolucionando en distintas etapas,
hasta considerarse establecido en la segunda mitad del siglo XIX. Desde Europa,
y en concreto desde Inglaterra, el sistema capitalista se fue extendiendo a
todo el mundo, siendo el sistema socioeconómico casi exclusivo en el ámbito mundial
hasta el estallido de la I Guerra Mundial
De existir un fundador del sistema capitalista, éste es el
filósofo escocés Adam Smith, que fue el primero en describir los principios
económicos básicos que definen al capitalismo. En su obra clásica Investigación
sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1776), Smith
intentó demostrar que era posible buscar la ganancia personal de forma que no
sólo se pudiera alcanzar el objetivo individual sino también la mejora de la
sociedad. Los intereses sociales radican en lograr el máximo nivel de
producción de los bienes que la gente desea poseer.
Socialismo. El socialismo es un orden político basado en la apropiación
de los medios de producción por parte de la clase obrera. También se define por
socialista a toda teoría, doctrina o movimiento que aboga por su implantación y
a su vez se deriva de la esencia política del comunismo. El socialismo puede
ser no-estatal (mediante la propiedad comunitaria en un sentido amplio) o
estatal (a través de la nacionalización y la planificación económica de la
producción).
En un sistema socialista, al establecerse la propiedad
social (colectiva) de los medios de producción, desaparece cualquier forma de
propiedad privada de los bienes de capital y con esta el capitalismo como forma
de apropiación del trabajo asalariado, que supone en la teoría marxista una
forma de explotación por vía económica. Siendo el capitalismo la última
sociedad con clases dentro de la secuencia histórica de los modos de producción
de Karl Marx, esto comportaría a su vez la desaparición de las clases sociales
que son generadas por los diferentes orígenes del ingreso, dando así por
superada la lucha de clases y quedando únicamente la dialéctica, la lucha entre
lo nuevo y lo viejo como motor histórico en procura de la superación constante
en espiral ascendente para el bienestar y la felicidad de la raza humana.
2. DESARROLLO DEL SOCIALISMO.
Frecuentemente coexisten diferentes movimientos políticos
que adoptan el título de Socialismo: desde aquellos con vagas ideas de búsqueda
del bien común e igualdad social, hasta los proyectos reformistas de
construcción progresiva de un Estado socialista en términos marxistas, o las
variantes pre y post-marxistas de socialismo (sean obreristas o nacionalistas),
o al intervencionismo, definiciones de socialismo o de sus métodos que pueden
variar drásticamente según varíen los interlocutores políticos y que algunas
veces se distancian en mayor o menor medida de su etimología: estatismo,
nacionalistas, marxistas, cooperativistas, corporativistas gremiales clásicos,
socialistas de renta, socialistas de mercado, mutualistas, socialdemócratas
modernos, etc. El socialismo continúa siendo un movimiento con un gran interés
de control político y suele ser promovido por medios activistas intensos y
auto-proclamarse como un "movimiento de lucha político vinculado con el
establecimiento de un orden político construido por, para, o en función de, la
clase reprimida por el gobierno actual", y para el cual debe crearse uno
público (por vía del Estado o no), ya sea mediante revolución o evolución
social o mediante reformas institucionales, con el propósito de construir una
sociedad sin clases estratificadas o subordinadas unas a otras; idea esta
última que no era originaria del ideario socialista sino del comunista y cuya
asociación es deudora del marxismo-leninismo. La radicalidad del pensamiento
socialista no se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino más bien a los
principios que se persiguen.
Conjunto de doctrinas de reforma social surgidas en el siglo
XIX, dirigidas a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, que
tienen en común la creencia de que una sociedad basada en la propiedad privada
a gran escala es injusta; la convicción de que es posible fundar una sociedad
más equitativa que contribuya al progreso moral y material de la humanidad; la
idea de que es necesaria una transformación revolucionaria de la sociedad (aun
cuando los medios propuestos difieren entre una revolución violenta y una
reforma gradual). El término incluye varias doctrinas y movimientos
diferenciados, como el anarquismo, el comunismo, la socialdemocracia.
3. CRISIS DEL SOCIALISMO.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el mundo quedó
dividido en tres mundos. Uno capitalista, altamente desarrollado, liderado por
las potencias de la postguerra, un segundo mundo socialista y un tercero
compuesto por los países de Latinoamérica y África.
En los años 80 el primer mundo se hace más rico de lo que
era en los años 70; pero algo contrario ocurrió en el segundo, el socialista
que, con una economía centralizada, cooperativa, sin mercado y que se había
dedicado a limitar el consumo de sus pobladores, entraba a competir con una
economía libre, de mercado, y que se basa en la generación de necesidades de
consumo. El sistema económico socialista sufre un colapso en 1989, perdiendo
vigencia como propuesta económica.
El Sistema Socialista sufre un colapso en 1989, perdiendo
vigencia como propuesta económica. Mijaíl Serguéievich Gorbachov se posesiona
como Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética en marzo
de 1985, tras la muerte de Konstantín Ustínovich Chemenko. Realiza el vigésimo
séptimo Congreso del Partido Comunista soviético, en el cual hace una dura
crítica al estancamiento económico y político de la URSS e inicia un nuevo
tipo de gobierno cuyo objetivo es luchar contra la corrupción. Este programa
de gobierno se conoce como la Perestroika (reestructuración), con banderas
como el glasnost (transparencia), el zakonnost (legalidad) y la
demokratizatsiya (democratización), propósitos que se logran en seis años de
gobierno y que ponen fin al imperio comunista (URSS), pues el modelo de
desarrollo anterior invirtió todos sus esfuerzos en la producción de armas
nucleares y naves espaciales, más que en la producción de las satisfacciones
básicas de la población, es decirse generó solo un desarrollo parcial.
La política de Gorbachov reduce el gasto militar y fortalece
la producción de las empresas. Abre la información de los sucesos del país a la
prensa internacional y retira las tropas (1 989) que invadieron Afganistán
desde 1 979.
En 1988 Gorbachov es elegido presidente y en 1989 lleva a
cabo las primeras elecciones legislativas. Boris Nicoláievich Yeltsin, ex
dirigente del Partido Comunista, promueve críticas a Gorbachov, se inician una
serie de movimientos nacionalistas que buscan la independencia de la URSS, a
través de un referéndum convocado por Gorbachov, que determina que 70% de la
población quiere mantener la Unión; sin embargo Yeltsin, llama a la huelga
general y asume la dirección del ejército.
La división interna Yeltsin - Gorbachov, propicia que las
repúblicas bálticas (Lituania, Letonia y Estonia) se separen y en diciembre 21
de 1991, los dirigentes de Rusia, Bielorrusia y Ucrania, disuelven las URSS y
11 de los anteriores 15 estados fundan la Comunidad de Estados Independientes.
Aunque Gorbachov tuvo el apoyo político de EE.UU., no logró el apoyo económico
necesario y sus reformas políticas de liberalización de la economía
fracasaron. Fue reemplazado por Boris Yeltsin como presidente de la República
Rusa.
4. LA GUERRA FRIA.
La Guerra Fría fue un enfrentamiento político, económico,
social, militar, informativo e incluso deportivo iniciado al finalizar la
Segunda Guerra Mundial, cuyo origen se suele situar en 1947, durante las
tensiones de la posguerra, y se prolongó hasta la disolución de la Unión
Soviética (inicio de la Perestroika en 1985, caída del muro de Berlín en 1989 y
golpe de Estado en la URSS de 1991), entre los bloques occidental-capitalista
liderado por Estados Unidos, y el oriental-comunista liderado por la Unión
Soviética. Las razones de este enfrentamiento fueron esencialmente ideológicas
y políticas.
Si bien estos enfrentamientos no llegaron a desencadenar una
guerra mundial, la entidad y la gravedad de los conflictos económicos,
políticos e ideológicos, que se comprometieron, marcaron significativamente
gran parte de la historia de la segunda mitad del siglo XX. Las dos
superpotencias ciertamente deseaban implantar su modelo de gobierno en todo el
planeta.
Ninguno de los dos bloques tomó nunca acciones directas
contra el otro, razón por la que se denominó al conflicto «guerra fría».
5. DOCTRINA DE SEGURIDAD NACIONAL.
Doctrina de la seguridad nacional es un concepto utilizado
para definir ciertas acciones de política exterior de Estados Unidos tendientes
a que las fuerzas armadas de los países latinoamericanos modificaran su misión
para dedicarse con exclusividad a garantizar el orden interno, con el fin de
combatir aquellas ideologías, organizaciones o movimientos que, dentro de cada
país, pudieran favorecer o apoyar al comunismo en el contexto de la Guerra Fría,
legitimando la toma del poder por parte de las fuerzas armadas y la violación
sistemática de los derechos humanos.
La llamada Doctrina fue un producto del pensamiento de la
Guerra Fría, que mantuvo al mundo dividido en dos campos antagónicos. Fue
ideada por los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos y puesta en práctica
mediante el entrenamiento de los distintos ejércitos latinoamericanos en la
Escuela de las Américas en Panamá. Allí, durante casi cuarenta años, eran
enviados militares procedentes de distintos países latinoamericanos para
instruirse en técnicas de contrainsurgencia: interrogatorios mediante torturas,
infiltración, inteligencia, secuestros y desapariciones de opositores
políticos, combate militar, guerra psicológica. Contando incluso con manuales
de tortura y contrainsurgencia de la CIA para este fin.
Según esta Doctrina, cualquier amenaza a la Seguridad
Nacional de EE. UU. originada en cualquier parte del mundo, constituía una
acción a favor de la potencia enemiga de EE. UU., la URSS. Existía la convicción, en ciertas áreas del
gobierno estadounidense, de que el bloque comunista (surgido después de la
Segunda Guerra Mundial) tenía como principal objetivo el convertirse en la
única potencia mundial y reorganizar la sociedad mediante la expansión del
comunismo soviético. La llamada doctrina considera a los propios ciudadanos de
un país como posibles amenazas a la seguridad.
6. LA LUCHA GUERRILLERA EN AMÉRICA LATINA.
Son una serie de movimientos armados que se dieron en gran
cantidad de países iberoamericanos, inicialmente, contra las distintas
dictaduras e injusticias sociales que por muchos años han gobernado en el
continente. También estos movimientos se originaron y se originan para intentar
-por la vía armada- la toma del poder político en sus respectivos países, como
extensión del castrismo o de alguna otra de las variantes del comunismo,
especialmente en el marco de la Guerra fría. Su ideología política se basa
tanto en la izquierda revolucionaria como en guerrillas de extrema izquierda y
derecha; y a lo largo de la historia, las guerrillas han cosechado diferentes
efectos en los países de la región. Por un lado, han recibido las críticas y el
menosprecio de la opinión pública, como el caso de las FARC en Colombia, pero a
la vez, han recibido el apoyo y el respaldo del público general, intelectuales
y artistas, como el caso del EZLN en México. Las grandes mayorías populares de
América latina, en general, han rechazado su acción, impidiendo así su instalación
definitiva como gobierno en casi todos los países en que actuaron.
El auge de las organizaciones se enmarcó en una política de
apoyo de Fidel Castro a los movimientos armados de Latinoamérica.
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