martes, 21 de julio de 2015

Temas del tercer periodo

1. CAPITALISMO Y SOCIALISMO.

Capitalismo. Es un sistema económico, que tiene vertientes políticas y sociales, en el que el capital predomina sobre el trabajo. El término ("kapitalism") lo utilizó Carlos Marx por vez primera a mediados del siglo XIX. Éste sostenía que en el sistema capitalista los medios de producción (dinero, tierra, fábricas, máquinas, etc.) están en manos de una clase social propietaria (la burguesía), en tanto que los trabajadores (proletarios) están desprovistos de cualquier pertenencia, lo que los obliga para sobrevivir a vender lo único que poseen, su fuerza de trabajo, percibiendo a cambio un salario. Pero Marx sostenía que ese salario que percibe el proletario no se correspondería con el valor del trabajo realizado, por el contrario, una parte del mismo (la plusvalía) se la apropiaría el capitalista, dando lugar a una acumulación de capital. El salario tan sólo permitiría reproducir la fuerza de trabajo (los obreros) y con él únicamente se atenderían las mínimas necesidades de subsistencia (alimento, vestido y poco más).
Aunque tiene sus orígenes en la antigüedad, el desarrollo del capitalismo es un fenómeno europeo; fue evolucionando en distintas etapas, hasta considerarse establecido en la segunda mitad del siglo XIX. Desde Europa, y en concreto desde Inglaterra, el sistema capitalista se fue extendiendo a todo el mundo, siendo el sistema socioeconómico casi exclusivo en el ámbito mundial hasta el estallido de la I Guerra Mundial
De existir un fundador del sistema capitalista, éste es el filósofo escocés Adam Smith, que fue el primero en describir los principios económicos básicos que definen al capitalismo. En su obra clásica Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1776), Smith intentó demostrar que era posible buscar la ganancia personal de forma que no sólo se pudiera alcanzar el objetivo individual sino también la mejora de la sociedad. Los intereses sociales radican en lograr el máximo nivel de producción de los bienes que la gente desea poseer.

Socialismo. El socialismo es un orden político basado en la apropiación de los medios de producción por parte de la clase obrera. También se define por socialista a toda teoría, doctrina o movimiento que aboga por su implantación y a su vez se deriva de la esencia política del comunismo. El socialismo puede ser no-estatal (mediante la propiedad comunitaria en un sentido amplio) o estatal (a través de la nacionalización y la planificación económica de la producción).
En un sistema socialista, al establecerse la propiedad social (colectiva) de los medios de producción, desaparece cualquier forma de propiedad privada de los bienes de capital y con esta el capitalismo como forma de apropiación del trabajo asalariado, que supone en la teoría marxista una forma de explotación por vía económica. Siendo el capitalismo la última sociedad con clases dentro de la secuencia histórica de los modos de producción de Karl Marx, esto comportaría a su vez la desaparición de las clases sociales que son generadas por los diferentes orígenes del ingreso, dando así por superada la lucha de clases y quedando únicamente la dialéctica, la lucha entre lo nuevo y lo viejo como motor histórico en procura de la superación constante en espiral ascendente para el bienestar y la felicidad de la raza humana.

2. DESARROLLO DEL SOCIALISMO.

Frecuentemente coexisten diferentes movimientos políticos que adoptan el título de Socialismo: desde aquellos con vagas ideas de búsqueda del bien común e igualdad social, hasta los proyectos reformistas de construcción progresiva de un Estado socialista en términos marxistas, o las variantes pre y post-marxistas de socialismo (sean obreristas o nacionalistas), o al intervencionismo, definiciones de socialismo o de sus métodos que pueden variar drásticamente según varíen los interlocutores políticos y que algunas veces se distancian en mayor o menor medida de su etimología: estatismo, nacionalistas, marxistas, cooperativistas, corporativistas gremiales clásicos, socialistas de renta, socialistas de mercado, mutualistas, socialdemócratas modernos, etc. El socialismo continúa siendo un movimiento con un gran interés de control político y suele ser promovido por medios activistas intensos y auto-proclamarse como un "movimiento de lucha político vinculado con el establecimiento de un orden político construido por, para, o en función de, la clase reprimida por el gobierno actual", y para el cual debe crearse uno público (por vía del Estado o no), ya sea mediante revolución o evolución social o mediante reformas institucionales, con el propósito de construir una sociedad sin clases estratificadas o subordinadas unas a otras; idea esta última que no era originaria del ideario socialista sino del comunista y cuya asociación es deudora del marxismo-leninismo. La radicalidad del pensamiento socialista no se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino más bien a los principios que se persiguen.
Conjunto de doctrinas de reforma social surgidas en el siglo XIX, dirigidas a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, que tienen en común la creencia de que una sociedad basada en la propiedad privada a gran escala es injusta; la convicción de que es posible fundar una sociedad más equitativa que contribuya al progreso moral y material de la humanidad; la idea de que es necesaria una transformación revolucionaria de la sociedad (aun cuando los medios propuestos difieren entre una revolución violenta y una reforma gradual). El término incluye varias doctrinas y movimientos diferenciados, como el anarquismo, el comunismo, la socialdemocracia.

3. CRISIS DEL SOCIALISMO.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el mundo quedó divi­dido en tres mundos. Uno capitalista, altamente desarrollado, liderado por las potencias de la postguerra, un segundo mun­do socialista y un tercero compuesto por los países de Latino­américa y África.
En los años 80 el primer mundo se hace más rico de lo que era en los años 70; pero algo contrario ocurrió en el segundo, el socialista que, con una economía centralizada, cooperativa, sin mercado y que se había dedicado a limitar el consumo de sus pobladores, entraba a competir con una economía libre, de mercado, y que se basa en la generación de necesidades de consumo. El sistema económico socialista sufre un colapso en 1989, perdiendo vigencia como propuesta económica.
El Sistema Socialista sufre un colapso en 1989, perdiendo vigencia como pro­puesta económica. Mijaíl Serguéievich Gorbachov se posesiona como Secre­tario General del Partido Comunista de la Unión Soviética en marzo de 1985, tras la muerte de Konstantín Ustínovich Chemenko. Realiza el vigésimo sépti­mo Congreso del Partido Comunista soviético, en el cual hace una dura críti­ca al estancamiento económico y polí­tico de la URSS e inicia un nuevo tipo de gobierno cuyo objetivo es luchar con­tra la corrupción. Este programa de go­bierno se conoce como la Perestroika (reestructuración), con banderas como el glasnost (transparencia), el zakonnost (legalidad) y la demokratizatsiya (demo­cratización), propósitos que se logran en seis años de gobierno y que ponen fin al imperio comunista (URSS), pues el modelo de desarrollo anterior invirtió todos sus esfuerzos en la producción de armas nucleares y naves espaciales, más que en la producción de las satisfacciones básicas de la población, es decirse generó solo un desarrollo parcial.
La política de Gorbachov reduce el gasto militar y fortalece la producción de las empresas. Abre la información de los sucesos del país a la prensa internacio­nal y retira las tropas (1 989) que inva­dieron Afganistán desde 1 979.

En 1988 Gorbachov es elegido presi­dente y en 1989 lleva a cabo las prime­ras elecciones legislativas. Boris Nicoláievich Yeltsin, ex dirigente del Partido Comunista, promueve críticas a Gorba­chov, se inician una serie de movimien­tos nacionalistas que buscan la inde­pendencia de la URSS, a través de un referéndum convocado por Gorbachov, que determina que 70% de la pobla­ción quiere mantener la Unión; sin em­bargo Yeltsin, llama a la huelga general y asume la dirección del ejército.
La división interna Yeltsin - Gorbachov, propicia que las repúblicas bálticas (Lituania, Letonia y Estonia) se separen y en diciembre 21 de 1991, los dirigen­tes de Rusia, Bielorrusia y Ucrania, di­suelven las URSS y 11 de los anteriores 15 estados fundan la Comunidad de Estados Independientes. Aunque Gor­bachov tuvo el apoyo político de EE.UU., no logró el apoyo económico necesa­rio y sus reformas políticas de liberalización de la economía fracasaron. Fue reemplazado por Boris Yeltsin como presidente de la República Rusa.

4. LA GUERRA FRIA.

La Guerra Fría fue un enfrentamiento político, económico, social, militar, informativo e incluso deportivo iniciado al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cuyo origen se suele situar en 1947, durante las tensiones de la posguerra, y se prolongó hasta la disolución de la Unión Soviética (inicio de la Perestroika en 1985, caída del muro de Berlín en 1989 y golpe de Estado en la URSS de 1991), entre los bloques occidental-capitalista liderado por Estados Unidos, y el oriental-comunista liderado por la Unión Soviética. Las razones de este enfrentamiento fueron esencialmente ideológicas y políticas.

Si bien estos enfrentamientos no llegaron a desencadenar una guerra mundial, la entidad y la gravedad de los conflictos económicos, políticos e ideológicos, que se comprometieron, marcaron significativamente gran parte de la historia de la segunda mitad del siglo XX. Las dos superpotencias ciertamente deseaban implantar su modelo de gobierno en todo el planeta.

Ninguno de los dos bloques tomó nunca acciones directas contra el otro, razón por la que se denominó al conflicto «guerra fría».

5. DOCTRINA DE SEGURIDAD NACIONAL.

Doctrina de la seguridad nacional es un concepto utilizado para definir ciertas acciones de política exterior de Estados Unidos tendientes a que las fuerzas armadas de los países latinoamericanos modificaran su misión para dedicarse con exclusividad a garantizar el orden interno, con el fin de combatir aquellas ideologías, organizaciones o movimientos que, dentro de cada país, pudieran favorecer o apoyar al comunismo en el contexto de la Guerra Fría, legitimando la toma del poder por parte de las fuerzas armadas y la violación sistemática de los derechos humanos.
La llamada Doctrina fue un producto del pensamiento de la Guerra Fría, que mantuvo al mundo dividido en dos campos antagónicos. Fue ideada por los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos y puesta en práctica mediante el entrenamiento de los distintos ejércitos latinoamericanos en la Escuela de las Américas en Panamá. Allí, durante casi cuarenta años, eran enviados militares procedentes de distintos países latinoamericanos para instruirse en técnicas de contrainsurgencia: interrogatorios mediante torturas, infiltración, inteligencia, secuestros y desapariciones de opositores políticos, combate militar, guerra psicológica. Contando incluso con manuales de tortura y contrainsurgencia de la CIA para este fin.
Según esta Doctrina, cualquier amenaza a la Seguridad Nacional de EE. UU. originada en cualquier parte del mundo, constituía una acción a favor de la potencia enemiga de EE. UU., la URSS.  Existía la convicción, en ciertas áreas del gobierno estadounidense, de que el bloque comunista (surgido después de la Segunda Guerra Mundial) tenía como principal objetivo el convertirse en la única potencia mundial y reorganizar la sociedad mediante la expansión del comunismo soviético. La llamada doctrina considera a los propios ciudadanos de un país como posibles amenazas a la seguridad.

6. LA LUCHA GUERRILLERA EN AMÉRICA LATINA.

Son una serie de movimientos armados que se dieron en gran cantidad de países iberoamericanos, inicialmente, contra las distintas dictaduras e injusticias sociales que por muchos años han gobernado en el continente. También estos movimientos se originaron y se originan para intentar -por la vía armada- la toma del poder político en sus respectivos países, como extensión del castrismo o de alguna otra de las variantes del comunismo, especialmente en el marco de la Guerra fría. Su ideología política se basa tanto en la izquierda revolucionaria como en guerrillas de extrema izquierda y derecha; y a lo largo de la historia, las guerrillas han cosechado diferentes efectos en los países de la región. Por un lado, han recibido las críticas y el menosprecio de la opinión pública, como el caso de las FARC en Colombia, pero a la vez, han recibido el apoyo y el respaldo del público general, intelectuales y artistas, como el caso del EZLN en México. Las grandes mayorías populares de América latina, en general, han rechazado su acción, impidiendo así su instalación definitiva como gobierno en casi todos los países en que actuaron.

El auge de las organizaciones se enmarcó en una política de apoyo de Fidel Castro a los movimientos armados de Latinoamérica.